¿Qué es la economía del comportamiento y cómo afecta tus finanzas?

La economía conductual, estudiada por expertos como Daniel Kahneman, analiza cómo factores psicológicos y sociales influyen en nuestras decisiones económicas. ¿Por qué postergamos el ahorro? ¿Por qué tememos invertir? Comprender estos patrones es el primer paso para cambiar.

Antes de explicarte algunos sesgos conductuales que existen, te invitamos a leer nuestro blog ¿por qué nos cuesta tanto ahorrar e invertir? Ahora sí, prosigamos:

Principales sesgos conductuales que afectan tu ahorro e inversión

  1. Sesgo del presente:
    Preferimos la gratificación inmediata antes que los beneficios futuros. Esto nos lleva a gastar en placeres a corto plazo en lugar de ahorrar o invertir.
  2. Sesgo de procrastinación:
    Dejamos para mañana lo que parece complicado o aburrido, como planificar el ahorro o revisar contratos de inversión.
  3. Sesgo del optimista:
    Creemos que nunca enfrentaremos crisis económicas, por lo que no vemos necesario ahorrar para emergencias o jubilación.
  4. Aversión a las pérdidas:
    Evitamos invertir por miedo a perder dinero, aunque ello implique perder oportunidades de hacer crecer nuestro patrimonio.
  5. Sesgo del statu-quo:
    Optamos por no cambiar hábitos financieros que podrían mejorarse, simplemente para evitar el esfuerzo del cambio.

Estrategias para superar los sesgos y comenzar a ahorrar e invertir

  1. Crea un presupuesto con enfoque racional:
    Incluye gastos, ahorro y un fondo para imprevistos. Haz el ahorro prioritario al inicio del mes para contrarrestar el sesgo del presente.
  2. Automatiza tus ahorros:
    Programa transferencias automáticas hacia un fondo de inversión o ahorro. Así, el sesgo de procrastinación desaparece y el statu-quo trabaja a tu favor.
  3. Usa el programa “Ahorra más mañana”:
    Incrementa tus ahorros gradualmente cada vez que recibas un aumento de salario. Esta técnica minimiza la percepción de pérdida.
  4. Educa tus finanzas:
    Aprende sobre inversiones y ahorros para reducir el miedo a los riesgos. La inteligencia financiera te da confianza para tomar decisiones.
  5. Controla el sesgo del optimista:
    Haz un registro de imprevistos pasados para recordar que siempre pueden ocurrir, y prepárate financieramente para ellos.

Una de estas herramientas es el presupuesto y el flujo de caja. El presupuesto no está diseñado para limitarte, todo lo contrario. Cuando eres consciente de tu presupuesto, te proyectas en el tiempo y sabes priorizar, puedes gastar en lo que más disfrutas y te genera satisfacción inmediata.

Otra estrategia muy conocida en el ámbito de las finanzas conductuales es el programa creado por Shlomo Benartzi y Richard Thaler, expertos en finanzas conductuales, llamado Save More Tomorrow (Ahorra más mañana) que se basa en la siguiente premisa: “si te cuesta demasiado ahorrar hoy, espera a que te suban el salario”.  Esto contrarresta el sesgo de aversión a la perdida y el sesgo del presente, pues cuando se tienen dichos sesgos el ahorro se percibe como un sacrificio o una pérdida, ya que tienes que dejar de disponer de un dinero que tienes hoy para ahorrarlo o invertirlo en algo que dará frutos en el futuro y que es incierto. Pero si empiezas a ahorrar cuando te incrementen el salario no se sentirá como una pérdida, pues tu nivel de gasto no se ve afectado, al contrario, puedes incrementar tanto el gasto como el ahorro. 

La educación financiera, aunque tiene menor peso a la hora de tomar decisiones, cobra gran importancia al desarrollar un plan de ahorro e inversión, pues es el momento en el que somos racionales y tenemos la capacidad de diseñar planes de acuerdo a nuestros objetivos, pero la clave está en la manera como llevamos estos planes a la acción. 

En conclusión, para comportarnos de acuerdo a nuestros propósitos, necesitamos desarrollar inteligencia emocional, así como aprender a identificar cuáles son los sesgos conductuales que más nos limitan al actuar, e implementar estrategias que nos ayuden a contrarrestarlos.